18 abr (Reuters) – El presidente ruso, Vladimir Putin, visito las fuerzas de seguridad de las zonas de Ucrania que Rusia afirma haberse anexionado el año pasado, mientras los ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Siete (G7), reunidos en Japón, condenaban el plan ruso de emplazar armas nucleares en Bielorrusia.
El Kremlin dijo que Putin se desplazó a las regiones de Jersón y Luhansk para asistir a una reunión del mando militar en la primera y visitar un cuartel de la guardia nacional en la segunda.
El Kremlin no precisó cuándo realizó estas visitas.
En Jersón, ubicada en el sur, el presidente escuchó las informaciones de los comandantes de las fuerzas aerotransportadas y del grupo del ejército “Dniéper”, así como de otros oficiales superiores que le informaron sobre la situación en las regiones de Jersón y Zaporiyia, en el sur.
Jersón, Zaporiyia y Luhansk, en el este, son tres de las cuatro regiones que Putin proclamó anexionadas el pasado septiembre. Ucrania y sus aliados occidentales rechazaron las anexiones y el ejército ruso sólo retiene parcialmente las regiones.
Las tropas rusas se retiraron de la ciudad de Jersón, la capital regional, el pasado noviembre, y han estado reforzando sus posiciones en la orilla opuesta del río Dniéper en previsión de una contraofensiva ucraniana.
Mientras que numerosos dirigentes occidentales han viajado a Kiev para entrevistarse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, desde que las fuerzas rusas invadieron el país hace 14 meses, Putin rara vez ha visitado zonas de Ucrania bajo control ruso.
El mes pasado visitó la región de Crimea y la ciudad de Mariúpol.
Rusia afirma que su “operación militar especial” en Ucrania, lanzada el 24 de febrero del año pasado, era necesaria para proteger su seguridad frente a lo que considera un Occidente hostil y agresivo.
Ucrania y sus aliados occidentales afirman que Rusia está librando una guerra no provocada con el objetivo de acaparar territorio.
Una ofensiva rusa de invierno no logró grandes avances y sus tropas se han visto empantanadas en una serie de batallas en el este y el sur, donde los avances han sido graduales y han tenido un coste enorme para ambas partes.
Tras meses de guerra de desgaste, se espera desde hace tiempo una contraofensiva ucraniana.
“IRRESPONSABLE”
Para aumentar la presión sobre Kiev y sus partidarios occidentales, Putin declaró el mes pasado que Rusia iba a emplazar armas nucleares tácticas de menor alcance en Bielorrusia, su estrecho aliado, que también limita con Ucrania.
Rusia afirma que este despliegue se vio forzado por la expansión de la alianza militar de la OTAN hacia sus fronteras.
Era la primera vez que Rusia decía que iba a emplazar armas nucleares en el territorio de otro país desde el final de la Guerra Fría hace tres décadas y parecía aumentar la apuesta, al menos simbólicamente, en un enfrentamiento cada vez más intenso con Occidente por la guerra en Ucrania.
En Japón, los ministros de Asuntos Exteriores del G7 condenaron el martes como “inaceptable” el plan de Rusia de emplazar armas nucleares en Bielorrusia.
“La irresponsable retórica nuclear de Rusia y su amenaza de desplegar armas nucleares en Bielorrusia son inaceptables”, afirmaron los ministros en un comunicado al término de una reunión de tres días en Japón.
“Cualquier uso de armas químicas, biológicas o nucleares por parte de Rusia tendría graves consecuencias”, añadieron.
La guerra en Ucrania ha matado a decenas de miles de personas, ha arrasado ciudades, ha obligado a millones a abandonar sus hogares y ha hecho temer una escasez mundial de alimentos debido a la interrupción del suministro de grano.
Sin embargo, la última alarma sobre los alimentos parecía haber terminado cuando la agencia de noticias rusa RIA, basándose en el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, dijo que las inspecciones de los buques que transportan granos desde Ucrania se han reanudado después de una pausa que amenazó con cerrar el corredor de transporte marítimo del mar Negro.
Según RIA, un responsable del ministerio achacó la interrupción del lunes al incumplimiento por parte de Ucrania de los procedimientos acordados, pero afirmó que la cuestión ya se ha resuelto.
Kiev declaró el lunes que la iniciativa, auspiciada por la ONU, que permite la exportación segura de grano ucraniano al mar Negro corría el riesgo de interrumpirse después de que Rusia bloqueara las inspecciones de los buques que se encuentran en aguas turcas.
Piotr Ilyichyov, jefe del departamento de organizaciones internacionales del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, dijo a RIA que el paso de los buques cerealeros dependía tanto de las condiciones meteorológicas como del cumplimiento de los procedimientos.
Aún no está claro si se renovará el acuerdo sobre cereales, en vigor desde el pasado mes de julio, ya que Rusia alega que no se ha respetado otro acuerdo destinado a facilitar sus propias exportaciones agrícolas y de fertilizantes.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que Rusia estaba incumpliendo sus promesas a los países de todo el mundo que dependen del grano de la región.
(Información de las redacciones de Reuters; escrito por Robert Birsel; editado en español por Flora Gómez)
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