SÍDNEY, 26 abr (Reuters) - Las bolsas asiáticas subían el lunes a máximos de seis semanas ante las señales de que la recuperación económica mundial sigue bien encaminada, aunque el aumento de los casos de COVID-19 en la región pesaba en el sentimiento de los inversores, empujando los precios del petróleo a la baja.
Por Swati Pandey
Los futuros del Eurostoxx 50 se mantenían planos, al igual que los del DAX alemán, mientras que los futuros del FTSE londinense apuntaban a una apertura a la baja. Los futuros E-mini del S&P 500 apenas presentaban cambios.
El estado de ánimo era relativamente optimista en Asia, donde el índice MSCI de acciones de Asia-Pacífico sin Japón alcanzaba su máximo desde el 18 de marzo, a pesar de las ventas registradas hacia el final de la sesión en los valores chinos.
“Los mercados han valorado la pandemia como un esprint y no como un maratón. Esta premisa podría verse afectada en las próximas semanas”, afirmó Jeffrey Halley, analista principal de mercados para Asia-Pacífico de OANDA.
El temor a que el aumento de los casos de COVID-19 en la India reduzca la demanda de combustible en el tercer mayor importador de petróleo del mundo presionaba el lunes los precios del petróleo, que cayeron alrededor de un 1% la semana pasada.
El índice CSI 300 de China caía un 0,7% después de alcanzar su nivel más alto desde el 6 de abril a primera hora de la sesión. El índice de acciones de referencia de Australia bajaba un 0,2% en un día festivo en cinco de los ocho estados y territorios del país.
El índice de acciones KOSPI de Corea del Sur subía un 0,7%, mientras que las acciones de Nueva Zelanda se anotaban un 0,6% y el Nikkei japonés revertía las pérdidas iniciales de la jornada para subir un 0,4%.
Hasta ahora, los activos de riesgo como la renta variable han tenido un buen comportamiento, con el índice MSCI sin Japón en camino de lograr un tercer año consecutivo de rendimientos positivos. Desde abril de 2020, el índice ha ofrecido rendimientos positivos en todos los meses menos en tres.
Los datos recientes que apuntan a una sólida recuperación económica mundial han reforzado la confianza en los activos de riesgo.
Los indicadores de actividad manufacturera de principios de abril, publicados la semana pasada, apuntaron a un sólido comienzo del segundo trimestre, con datos que alcanzaban máximos históricos en Estados Unidos y que señalaban el fin de la doble recesión en Europa.
Según los analistas, los datos del producto interior bruto (PIB) del primer trimestre en Estados Unidos, que se publicarán esta misma semana, mostrarán que la actividad probablemente ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia.
“Estimamos que la economía cerrará la brecha de producción y se elevará por encima de su potencial en el segundo semestre de este año”, escribieron los economistas de ANZ en una nota, sugiriendo una mayor capacidad de recorrido de las acciones.
Europa “no puede igualar esto, pero a medida que 2021 avanza hacia 2022, el diferencial de crecimiento con respecto a EEUU se reducirá”.
Dicho esto, algunos economistas afirman que el mercado podría atravesar un bache en los próximos meses como consecuencia de preocupaciones que van desde el aumento de los casos de COVID-19 a la inquietud por que la mayor parte de los beneficios de masivos los estímulos fiscales públicos ya han sido descontados..
“Dicho de otro modo, este puede ser el último trimestre en el que las empresas pueden evitar ser penalizadas por no ver que los ingresos se recuperan rápidamente y/o por no dar proyecciones de futuro”, escribieron los analistas de JPMorgan en una nota.
Los sólidos datos macroeconómicos recientes propiciaron la venta de bonos, aunque los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años no se alejaban mucho de su reciente mínimo de seis semanas por las expectativas de que la Reserva Federal de EEUU siga apostando por una política monetaria acomodaticia en su reunión de esta semana.
En cuanto a las divisas, la lira turca bajaba, ampliando su reciente caída y acercándose a un mínimo histórico, al enfriarse las relaciones con Estados Unidos y después de que el nuevo jefe del banco central turco señalara que las subidas de tipos perjudicarían a la economía.
El índice del dólar estadounidense caía a 90,679 frente a una cesta de divisas principales, un nivel no visto desde el 3 de marzo.
El billete verde se debilitaba un poco frente al refugio yen japonés, a 107,80. El euro subía un 0,1% a 1,2105 dólares. El dólar australiano, sensible al riesgo, se mantenía atrapado en un rango estrecho de cotizaciones situándose en 0,7766 dólares en el momento de redacción de este informe.
En cuanto a las materias primas, el crudo estadounidense caía 73 centavos a 61,41 dólares por barril y el Brent bajaba 78 centavos a 65,33 dólares.
El oro subía un 0,1% a 1.779,19 dólares la onza.
(Editado por Sam Holmes; Traducido por Darío Fernández)
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