Los precios subieron por la preocupación que había tras la invasión rusa de Ucrania, con el trigo especialmente expuesto a una posible escasez a nivel mundial.
La volatilidad fue la tónica en los mercados agrícolas estadounidenses en 2023 puesto que junto a los movimientos cíclicos típicos de cada año tanto la soja, como el maíz y el trigo estuvieron expuestos a giros muy bruscos de precios a principios de año tras la invasión rusa de Ucrania.
Al igual que sucedió con el resto de materias primas en 2022, los cereales estadounidenses también subieron con fuerza en un contexto de inflación elevada, aunque la decisión de la Reserva Federal de empezar a subir tipos de interés en marzo hizo que esas subidas giraran a la baja, frenando a la inflación a finales de año.
Los precios también se dispararon por la preocupación que había por la escasez de suministros tras la invasión rusa de Ucrania. En particular el trigo fue especialmente vulnerable a una posible escasez mundial después de que Rusia amenazara con bloquear el transporte de suministros procedentes de Ucrania.
El Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) en sus proyecciones preliminares de octubre pronosticó que los agricultores estadounidenses plantarán más trigo y maíz en 2023, pero menos acres de soja.
El año terminó con la soja y el maíz cerca de sus máximos anuales y los precios del trigo casi planos, aunque sin saber cuánto van a sembrar los agricultores la clave podría estar en los datos históricos, muy útiles para pronosticar el valor de los futuros. Básicamente en cuanto los analistas conocen la superficie que se va a plantar, pueden prever con mayor precisión dónde podrían estar los precios a finales de 2023.
A fecha de 1 de diciembre, la previsión de precios del trigo para 2023 de Fitch Solutions esperaba que el grano cotizara en torno a los 8,6$ por bushel en 2023, cayendo desde los 9,33$ por bushel estimados para 2022.
En cuanto los analistas conozcan la superficie sembrada en 2023 podrán hacer proyecciones más a largo plazo durante el año analizando el ritmo de siembra, el desarrollo de los cultivos y las expectativas de cosecha. Además, se dispondrá de más datos sobre los principales acuerdos comerciales del sector de los cereales, que serán de gran interés especialmente en Europa por la preocupación que hay por la escasez.
Por otra parte, los agricultores pueden establecer un suelo de precios para el año que les permita estimar qué ganancias van a tener y cómo contratar seguros para protegerse de posibles pérdidas. Al respecto debemos señalar que los precios de finales de 2022 apuntan a precios relativamente altos, y que la expectativa del mercado estaría en torno a 6,15$ por bushel para el maíz y 13,45$ por bushel para la soja.
Aun así, las variaciones históricas de los precios sugieren que existe una probabilidad elevada de que los precios proyectados sean más bajos, en función de los siguientes factores:
A pesar de todos esos factores sigue siendo posible que los precios suban en 2023 por una combinación de estos factores:
Tal y como he comentado previamente, las predicciones de precios de finales del 2022 para el año 2023 suelen basarse en probabilidades históricas, usando un método que supone que los riesgos actuales son similares a los de la historia reciente. Sin embargo, en esta ocasión hay que preocuparse por el conflicto de Ucrania con Rusia, puesto que podría continuar o incluso ir a más, en cuyo caso aumentaría el riesgo de subida de los precios de los cereales.
Además, los mercados financieros podrían entrar en un periodo complicado por las subidas de tipos de la Reserva Federal y el riesgo de que llegue una recesión económica a nivel mundial.
Por último, la preocupación por los factores de riesgo de los que he hablado seguramente se mantendrá al menos hasta finales de febrero, que será el momento en que puedan pronosticarse con mayor precisión los precios al poder conocer qué cantidades tienen pensadas sembrar los agricultores.
James A. Hyerczyk ha trabajado como analista fundamental y técnico de los mercados financieros desde 1982. James comenzó su carrera en Chicago como analista de mercado de futuros para CBOT y CME y ha estado ofreciendo análisis de calidad para traders profesionales durante 36 años. Su trabajo técnico utiliza las técnicas de análisis de patrón, precio y tiempo de W.D. Gann. James tiene un Máster en Administración de Empresas de la St. Xavier University y un Máster en Mercados Financieros y Negociación del Instituto de Tecnología de Illinois.