México apuesta por el control del mercado energético con la compra de Iberdrola

Por Dave Graham

CIUDAD DE MÉXICO, 6 abr (Reuters) – El presidente de México dijo el miércoles que el Estado debería controlar alrededor de dos tercios del mercado nacional de la energía en un plazo de 18 meses, con lo que redobla su promesa de dar primacía al sector público en la disputa con los inversores extranjeros.

México dio a conocer el martes un acuerdo para comprar activos por valor de 6.000 millones de dólares del gigante energético español Iberdrola, y lo presentó como una “nueva nacionalización” que elevaría la cuota de mercado de la empresa estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) al 55,5%.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que para cuando concluya su administración, el 30 de septiembre de 2024, la CFE debería tener al menos el 65% del mercado energético, con un máximo del 70%, a medida que entren en funcionamiento nuevas centrales eléctricas.

“Vamos a seguir peleando por México”, dijo en rueda de prensa.

López Obrador, un político de izquierdas partidario de la nacionalización de los recursos, lleva años enzarzado en disputas con los inversores por la energía. El año pasado, esto desembocó en una queja comercial formal por parte de Estados Unidos.

Estados Unidos y Canadá, que se unió rápidamente a la queja, afirman que las políticas energéticas de López Obrador han puesto a sus empresas en desventaja. El presidente argumenta que los Gobiernos mexicanos anteriores manipularon el mercado energético en favor de intereses privados a expensas del público.

México se enfrenta a sanciones potencialmente costosas si Estados Unidos y Canadá deciden convocar —y ganar— un comité de resolución de disputas sobre sus polémicas medidas energéticas.

Esa opción ha estado abierta a ambos países desde octubre, y mientras México dice que las discusiones para resolver las inquietudes de las naciones norteamericanas han progresado, la frustración está aumentando entre las empresas estadounidenses.

López Obrador dice que la CFE debe tener al menos el 54% del mercado.

Sin embargo, sus últimas decisiones sugieren que quiere crear un monopolio lo más grande posible y mantener la presión sobre los competidores hasta que vendan, dijo Jorge Castañeda, exministro de Relaciones Exteriores de México.

“Ese es el mensaje que está enviando a los estadounidenses y a los canadienses”, dijo, y argumentó que, con el acuerdo de Iberdrola, López Obrador estaba desafiando a ambos países a escalar la disputa comercial, con la idea de que no se atreverían.

Dado que han pasado meses sin repercusiones en la disputa energética, Castañeda dijo que el Gobierno de Biden parecía reacio a arriesgarse a contrariar a López Obrador en materia de comercio, no sea que México se vuelva poco cooperativo en la contención de la inmigración ilegal.

Mientras tanto, al adquirir los activos de Iberdrola, López Obrador había reforzado la CFE con el uso de dinero en efectivo, ayudando a compensar el revés que sufrió en el Congreso el año pasado cuando no consiguió los votos necesarios para cambiar la ley con dicho fin, añadió.

Las acciones de Iberdrola registraron el miércoles una subida del 2,45%, mientras que el peso mexicano cayó en torno a un 1%, rezagado frente a otras divisas del continente americano.

Según analistas, las pérdidas del peso reflejaban las preocupaciones sobre las perspectivas de la economía de Estados Unidos, aunque algunos se preguntaban si el acuerdo de Iberdrola, que ha coronado un capítulo tumultuoso en las relaciones entre López Obrador y la empresa, también podría estar pesando.

James Salazar, analista de CI Banco, dijo que era poco probable, ya que las posiciones de López Obrador eran bien conocidas en el mercado.

“El presidente lo vendió como una nacionalización”, dijo. “Pero esa es una declaración política: no fue el caso”.

(Reporte de Dave Graham; información adicional de Aida Peláez-Fernández; edición de Stephen Coates; editado en español por Flora Gómez)