Por Kevin Yao
El yuan ha ganado casi un 12% frente al dólar desde mayo de 2020, ya que China ha aventajado a otras economías en la recuperación de la pandemia de COVID-19 y el billete verde se ha debilitado, aunque recientemente ha sido impulsado por entradas de fondos extranjeros en bonos y acciones denominados en yuanes.
Pero el renminbi cayó más de un 0,5% esta semana ante los esfuerzos coordinados de Pekín para reducir las expectativas de mayores ganancias. Una serie de comunicados de autoridades advirtieron contra la especulación en la moneda y los reguladores han tomado medidas para frenar su avance.
El Banco Popular de China (PBOC) tiene amplias herramientas para enfriar las apuestas monetarias unidireccionales y evitar el ingreso de capital especulativo, pero actuará con cautela para no asustar a los inversores, indicaron las fuentes, que asesoran al gobierno.
El PBOC, bajo el gobernador reformista Yi Gang, ha intentado otorgar a las fuerzas del mercado un papel más importante en la dirección del yuan, como parte de cambios a largo plazo para convertirlo en una moneda más internacional, dijeron.
“La apreciación del yuan pondrá a prueba el enfoque basado en el mercado del PBOC, pero las herramientas de política a disposición del PBOC serán suficientes para enfrentarlo”, dijo una de las personas, que declinó ser identificada debido a la delicadeza del asunto.
En un comunicado respondiendo a preguntas de Reuters, el Banco Popular de China sostuvo que no “utilizará el tipo de cambio como una herramienta” y reiteró su régimen gestionado de moneda flotante basado en la oferta y demanda del mercado, con referencia a una cesta de divisas.
“La actitud del PBOC sobre el objetivo del tipo de cambio es coherente y clara, es decir, nadie puede predecir con precisión la tendencia del tipo de cambio, la incertidumbre del tipo de cambio es inevitable y las fluctuaciones bidireccionales son normales”, agregó.
Las autoridades monetarias temen que la rápida alza del yuan pueda atraer más dinero especulativo a sectores como propiedades, acciones y materias primas, alimentando burbujas de activos, y cualquier reversión repentina de los flujos de entrada podría dañar la economía.
También les preocupa el impacto en las exportaciones chinas, que siguen siendo fuertes por ahora pero podrían perder fuerza en la segunda mitad del año a medida que las fábricas de otros países se recuperen de la pandemia.
“No podemos permitir que la apreciación del yuan en un solo sentido. De lo contrario habrá un círculo vicioso a medida que más entradas de capital impulsen su alza y una mayor alza lleve al aumento de los flujos”, dijo esta semana a Reuters el subdirector de la comisión de política económica en la Asociación China de Ciencia Política, Xu Hongcai.
“Con el tiempo, eso podría llevar a inflación interna y burbujas de activos y afectar la política monetaria interna. Demasiada apreciación será desfavorable para la estabilidad financiera y desfavorable para las exportaciones”.
El yuan cotiza cerca de un máximo de tres años frente al dólar y se ha recuperado casi de todas sus pérdidas desde el inicio de la guerra comercial entre China y Estados Unidos a comienzos de 2018. También está cerca de su mayor nivel desde 2016 frente a una cesta de divisas.
(Reporte de Kevin Yao; Editado en Español por Ricardo Figueroa)
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