Por Ritvik Carvalho
El índice del dólar, que mide el billete verde frente a seis divisas rivales, se mantenía justo por debajo de los 90, después de haber caído hasta 89,662 el martes y de haberse acercado a su nivel mínimo desde el 7 de enero, en 89,533.
El euro cotizaba a 1,22 dólares tras retroceder desde un máximo de varios meses durante la noche, cuando subió a 1,22545 dólares.
Los inversores también estaban atentos a la trayectoria del yuan chino, que recientemente ha subido. El yuan apenas variaba a 6,3823 por dólar en las operaciones en el extranjero, después de retroceder desde un máximo de tres años de 6,3526 alcanzado el lunes, ya que las autoridades tomaron medidas para frenar su avance, incluido el aumento de los requisitos de reserva de divisas de los bancos.
La libra esterlina se mantenía a la baja, en 1,4135 dólares, después de ceder un máximo de tres años de 1,4250 dólares alcanzado el martes, mientras que el dólar canadiense cotizaba a 1,20675 dólares por dólar estadounidense, después de haber alcanzado un nuevo máximo de seis años de 1,2007 dólares durante la noche, debido al aumento de los precios del petróleo.
“El mercado de divisas parece atrapado entre dos motores contradictorios. Por un lado, tenemos enormes cantidades de liquidez en dólares en los mercados monetarios mundiales, gracias la política monetaria ultralaxa de la Reserva Federal y a que el Tesoro de EEUU está deshaciendo las tenencias de efectivo en su cuenta general (TGA)”, dijo Valentin Marinov, jefe de análisis de divisas del G10 en Credit Agricole.
“Sin embargo, pensamos que los tiempos de generosa oferta de liquidez en dólares podrían llegar pronto a su fin, y creemos que el dólar podría beneficiarse pronto de una recuperación de los tipos del mercado monetario estadounidense e incluso de los rendimientos del Tesoro de Estados Unidos”.
A medida que el impacto negativo de la sobreoferta de liquidez en dólares empiece a desaparecer en las próximas semanas, podría intensificarse el impacto positivo en el dólar de la rápida mejora de los fundamentos económicos de Estados Unidos, añadió Marinov.
El martes, el Instituto de Gestión de Suministros (ISM, por sus siglas en inglés) dijo que su índice de actividad manufacturera de Estados Unidos aumentó en mayo, ya que la demanda reprimida impulsó los pedidos en plena de la reapertura de la economía.
El dólar cotizó inicialmente a la baja tras el informe, en el que el ISM señaló que el potencial de crecimiento del sector manufacturero seguía viéndose obstaculizado por los cierres temporales por la escasez de piezas y mano de obra y los programas de despido temporal.
Estas deficiencias en materia de empleo serán el centro de atención de los inversores el viernes con la publicación de las cifras de las nóminas no agrícolas de mayo, después de que la lectura de abril, mucho más débil de lo esperado, hiciera caer el índice del dólar un 0,7% el 7 de mayo.
El índice se mantenía prácticamente estable con respecto al martes, en 89,919, pero aún está muy lejos del máximo del viernes, en 90,447, cuando una medida de la inflación estadounidense seguida de cerca por la Reserva Federal registró su mayor aumento anual desde 1992.
“No creo que la inflación dure mucho tiempo”, dijo Minori Uchida, analista jefe de divisas de MUFG Bank, que prevé que no habrá subidas de tipos hasta después de 2024.
“Creo que el dólar se relajará hacia finales de este año”.
(Reporte de Ritvik Carvalho; informes adicionales de Kevin Buckland en Tokio; Edición de Christina Fincher; Traducido por Darío Fernández)
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