Por Karen Lema
MANILA, 4 abr (Reuters) – Los países en vías de desarrollo de Asia crecerán este año más rápido de lo previsto, impulsados por un repunte en China más intenso que lo que se había proyectado, pero los riesgos derivados de las turbulencias bancarias mundiales podrían lastrar las perspectivas, dijo el martes el Banco Asiático de Desarrollo (ADB, por sus siglas en inglés).
Se prevé que la región asiática en vías de desarrollo, que agrupa a 46 economías de Asia-Pacífico, crezca un 4,8% en 2023, dijo el ADB en su informe Perspectivas del Desarrollo Asiático, por encima de su estimación anterior del 4,6% en diciembre y tras un crecimiento del 4,2% en 2022.
El ADB señala que la recuperación de China, que en diciembre puso fin a su estrategia de “cero COVID”, impulsará el crecimiento de la región este año, añadiendo que la segunda economía mundial crecerá un 5% este año, por encima de su anterior estimación del 4,3%.
La reapertura de China “realmente va a crear el tipo más fuerte de apoyo para el crecimiento en la región este año”, dijo a Reuters Albert Park, economista jefe del ADB.
Aunque el agitado sector inmobiliario chino “sigue siendo motivo de preocupación”, Park afirmó que los riesgos al alza para las perspectivas de crecimiento de China superan a los riesgos a la baja.
“Si la vida vuelve rápidamente a la normalidad y se recupera la confianza, el crecimiento podría ser incluso superior al 5%, lo que obviamente sería aún mejor para la región”, afirmó Park.
Excluyendo a China, se espera que la región crezca un 4,6% este año, un ritmo inferior al 5,4% del año anterior.
Por subregiones, se prevé que Asia meridional registre la expansión más rápida, del 5,5% este año, impulsada por el crecimiento previsto del 6,4% en la India, seguida del sudeste asiático, que crecerá un 4,7% este año.
A pesar de que el crecimiento en los países de Asia en vías de desarrollo se acelera, el ADB advirtió que sigue habiendo problemas, como las turbulencias en el sector bancario mundial y la escalada de la guerra en Ucrania, que podría provocar un aumento de los precios de las materias primas.
Sin embargo, por ahora las turbulencias en el sector bancario mundial, desencadenadas por la quiebra de dos bancos estadounidenses de tamaño medio, no se convertirán en “una crisis mayor del sistema financiero en Estados Unidos”, afirmó Park, al tiempo que instaba a los dirigentes monetarios a mantenerse alerta.
A favor de la región juega la relajación prevista de la inflación, que reduciría la necesidad de subidas frecuentes y considerables de los tipos de interés, que podrían frenar el consumo.
Desde el 4,4% registrado en 2022, se prevé una desaceleración de la inflación al 4,2% este año y el 3,3% el próximo, según el ADB, que advirtió no obstante que la inflación subyacente seguía siendo elevada en algunas economías y requería una estrecha vigilancia.
En una rueda de prensa separada, Park dijo que el anuncio sorpresa de la OPEP+ de recortar la producción introduce otro reto para la región, ya que esto podría hacer subir los precios del petróleo. En la actualidad, el ADB prevé que el precio medio del barril de crudo se sitúe en 88 dólares este año y en 90 dólares el próximo.
(Reporte de Karen Lema; edición de Kanupriya Kapoor; editado en español por Flora Gómez)
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