Los mercados europeos están en alerta después de la debacle sufrida por la bolsa mundial que incluyó el jueves la peor caída en Wall Street desde 1987 y el mayor desplome visto en Europa. Además, parece ser que la tónica será parecida el viernes, ya que Asia está registrando grandes caídas.
Sin embargo, esa no es la mala noticia, sino que la desinformación que vive la sociedad sobre el progreso y por ende el impacto del coronavirus COVID-19 en términos sociales, de salud y económicos está creando una peligrosa espiral de miedo en todos y cada uno de los mercados.
Ya lo reconoció Alan Greenspan, el antiguo jefe de la Reserva Federal, que una cosa que habían aprendido de la gran recesión de 2007 era que el miedo era el factor más peligroso en la economía, más que la desconfianza y más que la avaricia.
Pues es el miedo el que está moviendo y haciendo caer a todos los mercados financieros y también la que está llevando al pánico a sociedades y países enteros. La gente tiene un problema gigantesco frente a ellos, y lo intuyen, pero no saben de qué se trata.
En Europa está pasando en cada momento, las noticias erráticas e improvisadas se suceden. Un ejemplo claro es el fútbol, mientras unos partidos de la Champions League se han disputado a puerta cerrada, otros con público. O también el cierre de colegios en unas regiones mientras en otras no.
El miedo es tangible y se está llevando todo por delante. Los mercados bursátiles, las monedas, las criptomonedas, los metales, los bonos soberanos, los beneficios de las industrias, la cotidianidad, la tranquilidad y sus vidas.
En ese marco queda poco que decir más que los mercados europeos están pendiendo de un hilo y sólo se puede anticipar que una toma de beneficio pequeña puede ocurrir hoy viernes, pero todo dentro de una inside candle, que no es otra cosa que todos los movimientos del día se darán entre el máximo y el mínimo de ayer.
El miércoles, tal vez sin saberlo Donald Trump hacía saltar todas las alarmas al cerrar la frontera entre Europa y Estados Unidos. Estoy seguro que lo hizo dentro de lo mejor de sus posibilidades, pero esto creó una espiral de desconfianza total.
Nunca se habían cerrado fronteras con Europa de forma tan deliberada y tajante, ni durante las guerras mundiales, ni en la gran depresión o la gran recesión. La gente pensó que algo más grande estaba pasando.
El jueves por la mañana, la Fed decidió inyectar dinero a la economía, a lo que inicialmente el mercado respondió bien, pero la subida falló y el pánico volvió. El ECB también anunció medidas, pero tampoco fueron efectivas.
Los inversores, temerosos todos, parecían estar diciéndole a políticos y economistas, esto es sobre salud señores e información señores.
Pues bien, ahora resulta que el coronavirus sigue avanzando y ya afecta a 116 países, ha matado a 4.720 personas en todo el mundo y 128.343 han sido contagiadas y está aumentando su velocidad. Pero nadie sabe a lo que se enfrenta.
La buena noticia es que el COVID-19 está retrocediendo en China. Una luz de esperanza, vamos.
Ante ese panorama, el euro está cayendo por cuarto día consecutivo frente al dólar y a esta hora de la mañana europea el EUR/USD está moviéndose en torno al 1.1180, casi plano en el día.
En términos generales, el gráfico ya está cambiando a bajista y con el par debajo del 1.1200 parece que el ciclo alcista del euro ha tocado su fin, por lo menos en el corto plazo.
Todo dependerá de la aversión al riesgo y del comportamiento del índice del dólar, que está operando sobre el 97.50 y probando las medias móviles de 200 y 50 días situadas entre 97.85 y 97.91.
Mauricio is a financial journalist with over ten years of experience in stocks, forex, commodities, and cryptocurrencies. He has a B.A and M.A in Journalism and studies in Economics by the Autonomous University of Barcelona. While traveling around the world, Mauricio has developed several technology projects focused on finances and communications. He is the inventor of the FXStreet Currency Poll Sentiment index tool.