Por Elizabeth Pineau y Tassilo Hummel
PARÍS, 14 abr (Reuters) -La emblemática reforma pensiones del presidente francés, Emmanuel Macron, entrará en vigor rápidamente, dijero el viernes funcionarios después de recibir la aprobación del Consejo Constitucional luego de meses de protestas y huelgas.
La legislación, que eleva la edad para cobrar una pensión de 62 a 64, sigue siendo profundamente impopular, y el viernes estallaron protestas espontáneas cuando se anunció la decisión del Consejo Constitucional.
Manifestantes se congregaron frente al Ayuntamiento de París con pancartas que decían “ambiente de ira” y “las huelgas no terminarán hasta que se retire la reforma”, en una señal de que es poco probable que el veredicto del Consejo acabe con la ira generalizada contra la reforma impulsada por el presidente Emmanuel Macron.
Algunos contenedores de basura en París decían: “Estamos aquí, estamos aquí, incluso si Macron no quiere, estamos aquí”.
Las encuestas de opinión muestran que una gran mayoría rechaza los cambios de política, así como el hecho de que el Gobierno aprobó el proyecto de ley en el parlamento sin una votación final que podría haber perdido.
“Todos los gremios hacemos un llamado al presidente de la República para sea sensato, escuche y comprenda lo que está pasando en el país y no promulgue esta ley”, dijo la dirigente del sindicato CGT Sophie Binet.
En una declaración conjunta, los sindicatos dijeron que esta era “la única forma de calmar la ira en el país”.
Pero el gobierno caso omiso de la solicitud y dijo a los funcionarios que el texto se convertiría en ley en los próximos días. El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, dijo que la ley debería entrar en vigor el 1 de septiembre, tal como se planeó inicialmente.
“LA LUCHA CONTINUA”
El Consejo Constitucional dijo que las acciones del Gobierno estaban en línea con la constitución y aprobó elevar la edad legal de jubilación, en tanto que medidas periféricas destinadas a impulsar el empleo para los trabajadores fueron anuladas por no pertenecer a esta legislación.
“El país debe seguir avanzando, trabajando y enfrentando los desafíos que nos esperan”, dijo Macron a principios de esta semana, buscando pasar a discutir otras reformas.
Pero la oposición dijo que no daría marcha atrás y los sindicatos dijeron que no asistirían a una reunión que Macron quería organizar con ellos el martes.
“No nos daremos por vencidos. Habrá un gran 1 de mayo”, dijo el maestro Gilles Sornay, de 65 años, en un mitin en París, refiriéndose a las protestas previstas para el Día Internacional de los Trabajadores.
“La lucha continúa”, declaró el líder de extrema izquierda Jean-Luc Melenchon.
Por otra parte, el Consejo Constitucional rechazó una propuesta de la oposición para organizar un referéndum ciudadano sobre la reforma de las pensiones.
La oposición ha presentado otra propuesta para un referéndum, que se espera que sea revisada por el Consejo a principios de mayo.
Los observadores políticos dicen que el descontento generalizado por la reforma del gobierno podría tener repercusiones a más largo plazo, incluido un posible impulso para la extrema derecha.
La líder de extrema derecha Marine Le Pen dijo en Twitter que “el destino político de la reforma de pensiones no está sellado”, instando a los votantes a respaldar a quienes se oponen en las próximas elecciones.
Macron dice que los franceses deben trabajar más tiempo o, de lo contrario, el presupuesto de pensiones caerá miles de millones de euros en números rojos cada año para fines de la década.
Pero el sistema de pensiones es una piedra angular del preciado modelo de protección social de Francia y los sindicatos dicen que el dinero se puede encontrar en otras áreas, incluso haciendo pagar más impuestos más a los ricos.
Si bien la atención se ha centrado en la edad de jubilación de 62 años, solo el 36% de los trabajadores franceses se jubila a esa edad y otro 36% ya retira más tarde debido a los requisitos que exigen que para cotizar en el sistema se requieren al menos 42 años para poder reclamar un pensión completa.
Eso implica que la edad normal de jubilación para un trabajador francés desde 22 años es de 64,5 años, marginalmente por encima de la media de la Unión Europea de 64,3 años, según datos de la OCDE basados en cifras de 2020.
(Escrito por Ingrid Melander. Editado en español por Marion Giraldo)
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