Por Khalid Abdelaziz y Nafisa Eltahir
JARTUM, 17 abr (Reuters) -El ejército sudanés pareció hacerse con el control el domingo en una sangrienta lucha de poder con fuerzas paramilitares rebeldes, atacando sus bases con bombardeos aéreos, según testigos.
Al menos 97 civiles han muerto y 365 han resultado heridos desde que comenzaron los combates en Sudán, según un grupo médico.
Los combates estallaron el sábado entre unidades del ejército leales al general Abdel Fattah al-Burhan, jefe del Consejo Soberano de Sudán, que gobierna el país durante la transición, y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), dirigidas por el general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti, jefe adjunto del Consejo.
Se trata del primer estallido de este tipo desde que ambos unieron sus fuerzas para derrocar al veterano autócrata islamista Omar Hassan al-Bashir en 2019. El choque se desencadenó por un desacuerdo sobre la integración de las RSF en el ejército como parte de la transición hacia un gobierno civil.
Burhan y Hemedti acordaron una pausa de tres horas en los combates a partir de las 16:00 hora local (14:00 GMT a 17:00 GMT) para permitir las evacuaciones humanitarias propuestas por Naciones Unidas, dijo la misión de la ONU en Sudán, pero el acuerdo fue ignorado de forma generalizada tras un breve periodo de relativa calma.
Al caer la noche, residentes informaron del estruendo de la artillería y el rugido de los aviones de guerra en el distrito de Kafouri, en Bahri, una población al norte de Jartum —capital del país— que cuenta con una base de las RSF.
Testigos presenciales dijeron a Reuters que el ejército estaba reanudando los ataques aéreos contra las bases de las RSF en Omdurman, ciudad hermana de Jartum al otro lado del Nilo, y los distritos de Kafouri y Sharg El-Nil de la vecina Bahri, poniendo en fuga a los combatientes de las RSF.
Estados Unidos, China, Rusia, Egipto, Arabia Saudita, el Consejo de Seguridad de la ONU, la Unión Europea y la Unión Africana han hecho un llamado para que se ponga fin rápidamente a las hostilidades, que amenazan con agravar la inestabilidad en una región ya de por sí inestable.
El domingo se intensificaron los esfuerzos de vecinos y organismos regionales para poner fin a la violencia. Egipto se ofreció a mediar, mientras que el bloque regional africano Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo tiene previsto enviar lo antes posible a los presidentes de Kenia, Sudán del Sur y Yibuti para reconciliar a los grupos sudaneses enfrentados, según informó en la red social Twitter la oficina del presidente keniano, William Ruto.
El estallido de los combates durante el fin de semana se produjo tras el aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF en el ejército. La discordia sobre el calendario de este proceso ha retrasado la firma de un acuerdo respaldado internacionalmente con los partidos políticos sobre una transición a la democracia tras el impacto militar de 2021.
Un comunicado del ejército informó de la continuación de los enfrentamientos en curso en las inmediaciones de la sede militar en el centro de Jartum, añadiendo que soldados de las RSF habían estacionando francotiradores en los edificios, pero que estaban “controlados.”
A primera hora del domingo, testigos y residentes declararon a Reuters que el ejército había llevado a cabo ataques aéreos frente cuarteles y bases de las RSF en la región de Jartum y había logrado destruir la mayoría de las instalaciones de los paramilitares.
También dijeron que el ejército había arrebatado a las RSF el control de gran parte del palacio presidencial de Jartum, después de que ambas partes afirmaran controlarlo, así como otras instalaciones clave de la capital, donde se produjeron intensos combates con artillería y armas de fuego hasta el domingo.
Miembros de las RSF permanecían en el interior del aeropuerto internacional de Jartum, asediado por el ejército, pero éste se abstenía de atacarlos para evitar causar daños mayores, según testigos.
“Se acerca la hora de la victoria”, declaró el ejército en un comunicado el domingo. “Pronto tendremos buenas noticias para nuestro paciente y orgulloso pueblo, si Dios quiere”.
Sin embargo, según testigos y residentes, uno de los principales problemas lo plantean los miles de miembros de las RSF fuertemente armados desplegados en el interior de los barrios de Jartum y otras ciudades, sin que ninguna autoridad pueda controlarlos.
“Tenemos miedo, llevamos 24 horas sin dormir por el ruido y el temblor de la casa. Nos preocupa quedarnos sin agua y sin comida, y sin medicinas para mi padre diabético”, dijo a Reuters Huda, una joven residente en el sur de Jartum.
“Hay mucha información falsa y todo el mundo miente. No sabemos cuándo acabará esto, ni cómo acabará”, añadió.
Un enfrentamiento prolongado podría sumir a Sudán en un conflicto generalizado, en un momento en que se debate entre el colapso económico y la violencia tribal, desbaratando los esfuerzos por avanzar hacia la celebración de elecciones.
Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, potencias ricas en energía, han tratado de influir en los acontecimientos de Sudán, al considerar la transición desde el régimen del derrocado hombre fuerte Bashir como una forma de hacer retroceder la influencia islamista y mejorar la estabilidad en la región.
También han buscado inversiones en sectores como la agricultura, donde Sudán tiene un gran potencial, y en puertos de la costa sudanesa del mar Rojo.
(Información adicional de Khalid Abdelaziz en Kartoum y Nafisa Eltahir en El Cairo y Angelo Amante en Roma; escrito por Samia Nakhoul y Michael Georgy; editado por Raissa Kasolowsky y Frances Kerry; editado en español por Juana Casas y Tomás Cobos)
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